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Jun, 05, 2006


 

 

 

El collar turquesa

Una historia que nos enseña a dar todo lo que tenemos

Un hombre que estaba tras el mostrador mirando la calle distraídamente no se dio cuenta de una pequeña niña de 8 años que llegó a la tienda y apretando su naricita contra el vidrio de la vitrina miraba el mostrador. De pronto, sus ojos de color del cielo brillaron cuando vio aquello que estaba buscando. Pidió ver el collar de turquesa azul.

- Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?, dijo al hombre del mostrador.

El dueño del negocio miro desconfiado a la niña y le preguntó:

- ¿Cuánto dinero tienes?

Sin dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz:

- ¿Esto alcanza?

Eran apenas algunas monedas que ella exhibía con orgullo.

- Sabe, continuó, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Hoy es su cumpleaños y estoy segura que estará feliz con este collar que es del color de sus ojos.

El hombre fue a la trastienda, colocó el collar en un estuche, lo envolvió con un llamativo papel rojo e hizo un lindo moño con una cinta verde.

- Tome -dijo a la niña-. Llévelo con cuidado.

Ella salió feliz corriendo y saltando calle abajo. Aún no acababa el día, cuando una linda joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio.

Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho y preguntó:

- ¿Este collar fue comprado aquí?

- Sí señora, respondió el dueño

- ¿Y cuánto costó?

- ¡Ah!. El precio de cualquier producto de mi tienda es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente.

- La joven continuó: Pero mi hermana tenía solo unas cuantas monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella no tenía dinero para pagarlo.

El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven diciéndole:

Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar.

ELLA DIO TODO LO QUE TENIA.

Brinco al inicio

 

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