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Feb. 05, 2007


 

 

 

 

 

 

¿Hiperactivo o “movidito”? Parte I

 Tomado de: Somos Padres

Es el síndrome de moda un poco por culpa de todos. Desde que nos explicaron lo que encierra la palabra "hiperactivo", andamos todos los padres con la mosca detrás de la oreja, y ahora, a poco que el niño se nos ponga a correr o a darnos guerra, nos quedamos con esa cara de circunstancias explicándole al vecino eso de que "claro, es que mi hijo es hiperactivo".

Hay que tener cuidado con las palabras, que a veces las carga el diablo. No hace falta ser psicólogo para haber vivido cerca un caso como el de Alberto, un joven que pasaba por el más prudente de los conductores. Sus amigos, para hacerle la broma, empezaron a decir que era "el loco del volante", y Alberto, por una curiosa reacción humana, empezó a volverse cada vez más y más imprudente: ahora tenía que defender el mote que le habían puesto.

Con los niños pasa igual. Si nos ven disculparles y explicarles diciendo esto de que son hiperactivos, podemos a la larga convertir lo que era solo un niño movidito de los de toda la vida, en un niño con muchas ganas de portarse como un hiperactivo.

Porque aquí hay que dejar una cosa muy clara: un niño hiperactivo es un niño con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), un problema psicológico que debe diagnosticar un especialista y que conlleva medidas como la medicación para poder combatir un comportamiento que impide al niño enfrentarse a tareas que necesiten un mínimo de concentración.

Los niños son unos alocados, y, por su propia energía y ganas de hacer mil cosas, pueden darnos fácilmente la impresión de tener problemas de concentración. Pero con el TDAH hablamos de una limitación psicológica y física para la concentración, no de la normal dificultad que tiene al principio todo niño para centrarse.

En este sentido, al decirle a un niño normal y movido que es hiperactivo, le estamos disculpando y no facilitamos que haga el esfuerzo gracias al cual él podría concentrarse como el que más. Pero claro, para eso hay que evitarse la solución fácil del "es que es hiperactivo" y ponerse a guerrear con el niño.

No todos los “hiperactivos” son iguales

Hagamos distinciones: los niños son movidos, reactivos, e hiperactivos.

LOS NIÑOS MOVIDOS son...¡todos! La infancia es una raza humana aparte, repleta de energía, de ganas de hacer cosas raras, distintas, y sobre todo, de hacerlas a la vez, sin mesura ni orden. Lo distintivo de estos chicos que solo son movidos, es que su alocamiento no les impide tratar a los demás, ordenar su cuarto, leer, comer sentado, etc.

LOS NIÑOS REACTIVOS son aquellos a los que un suceso en la vida les ha disparado aún más el motor y ahora parece que no hay manera de tenerles dos segundos quietos sobre la silla. En estos casos hay que encontrar el detonante que inició esa explosión, que en muchos casos está en la llegada de un hermanito, una mudanza, o un divorcio no bien asimilado. Trata de ver en qué momento empezó todo y trabaja para normalizar ese hecho que al entrar en su vida ha disparado su nivel de estrés.

LOS NIÑOS HIPERACTIVOS son una rareza, de la que ahora hablamos mucho, cuando la realidad estadística es que son muy pocos. Eso sí, dan tanta guerra que es imposible no verles.

La próxima semana hablaremos de los tratamientos adecuados para cada caso.

  Lic. Rosa Elena Ponce V. 

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