“Yo puedo hacer lo que tu no puedes, tú puedes hacer lo que yo no puedo, juntos podemos hacer algo hermoso para Dios” Madre Teresa de Calcuta   Si Necesitas alguna ayuda urgente, comunicate con nosotros    ayuda@emergencia.org.mx

 

    AYÚDANOS   

     A AYUDAR    

       AQUI      

 

                Feb. 23, 2007    Boletín No. 244


 

 

 

 

 

Carta a mi hijo

Una reflexión que nos lleva de la mano para comprender más el mundo de los adultos mayores

Amado hijo:

El día en que esté viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide cómo atarme mis zapatos, recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.

Si cuando conversas conmigo repito y repito las mismas palabras, y sabes de sobra como termina mi historia, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño para que te durmieras, tuve que contarte miles de veces el mismo cuento, hasta que cerrabas los ojitos.

No me reproches porque no quiera bañarme; no me regañes por ello. Recuerda los momentos que te perseguí, y los mil pretextos que te inventaba para hacer más agradable tu aseo.

Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario,  para no lastimarme con tu sonrisa burlona. Acuérdate que fui yo quien te enseñó tantas cosas: el comer, vestirte y cómo enfrentar la vida tan bien como lo haces, son producto de mi esfuerzo y perseverancia.

Cuando en algún momento, mientras conversemos, me llegue a olvidar de lo que estamos hablando, ...........dame todo el tiempo que sea necesario, hasta que yo pueda recordar. Y si no puedo hacerlo no te impacientes; tal vez no era tan importante lo que hablaba, pues lo único que quería era estar contigo, y que me escucharas en ese momento.

Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas.  Sé cuánto puedo, y cuándo no debo.

Y cuando mis piernas fallen, por estar cansadas para andar......... Dame tu mano para apoyarme,  como lo hice yo, cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernitas.

Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y solo quiero morir, no te enfades!  Algún día entenderás que esto no tiene nada que ver con mi cariño, o cuánto te ame. Trata de comprenderme que a mi edad es difícil vivir.

Siempre quise lo mejor para ti e intenté preparar los caminos que tenías que recorrer con la mayor dedicación. No te sientas triste, enojado ó impotente por verme así.

Dame tu corazón, compréndeme y apóyame, como lo hice yo cuando tú empezaste a vivir.

De la misma manera como te he acompañado en tu camino, hijo amado, te ruego me acompañes a terminar el mío.

 Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el eterno e inmenso amor que me une a ti.

 

Atentamente

Tu viejo

  Lic. Rosa Elena Ponce V. 

Brinco al inicio

 

PARA CUALQUIER EMERGENCIA

Esto es un Servicio Social, No tiene ningún costo para ti

Escribe a   ayuda@emergencia.org.mx   o  visítanos en:

Trasviña y Retes No. 3701-D

Col. San Felipe   Chihuahua, Chih.   C.P. 31240

Tels. (01-614) 413-0262 y 413-4073

Alta     Baja     Histórico    Comentarios    Colaboraciones

 

 

 



Es usted el visitante No.