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www.emergencia.org.mx           May. 15, 2007    Boletín No. 301


 

 

 

 

 

Las burlas: como ayudar a nuestros hijos. I

Las burlas son situaciones totalmente inesperadas que pueden ocurrir en cualquier parte, debemos enseñarles a nuestros hijos comportamientos útiles para ayudarles a enfrentarse a ellas.

Tomado de Somos Padres

¡Mamá, en el colegio me llaman "cuatro ojos"!. Esto, que parece el principio de un chiste, hace sufrir a nuestros hijos casi a diario. El ser objeto de una broma de mal gusto puede ocurrir en el recreo, en clase, en el parque,... Es una situación totalmente inesperada que ocurre en cualquier entorno. Los padres no podemos proteger a nuestros hijos y evitar que se produzca esta desagradable situación, lo que sí podemos hacer es enseñarles estrategias de comportamiento útiles, para ayudarles a enfrentarse a ella. Si los niños aprenden a controlar estas situaciones estarán mejor preparados para desarrollar las habilidades sociales que necesitarán en su adolescencia.

Vayamos por partes, una cosa son las bromas y otra las burlas. La diferencia entre ambas es que en las primeras todos, incluido el niño objetivo de la gracia, se la pasan bien y disfrutan, mientras que una burla ofensiva puede hacer que nuestro hijo se sienta herido, triste e incluso se niegue a ir a la escuela o al parque.

Los niños se burlan de sus compañeros por diferentes razones, que pueden ir desde un intento de aceptación por parte de sus amigos, una forma de llamar la atención, o simplemente porque imitan este desagradable comportamiento que en otras situaciones ellos mismos han padecido por parte de hermanos mayores, primos,... Hay que tener siempre en cuenta que el burlarse de los demás es propio de la naturaleza infantil, y que nuestro pequeño en una circunstancia puede ser el burlador y en otra diferente el burlado.

¿Cómo les podemos ayudar a superar esta situación?

Ante todo debemos sentarnos a hablar con nuestro niño, observar y analizar el problema desde su punto de vista. Es decir, aunque se nos parta el alma porque además de haberle tenido que poner lentes se están riendo de él, no debemos transmitir nuestro propio enfado. Deja que sea el niño el que nos dé la medida de la ofensa. Escucha atentamente, que él nos indique cómo se siente en esta situación, cuándo se produce, y qué niños son los que lo hacen.

Hay que tener en cuenta que por muy justificado que esté nuestro enfado, si lo demostramos, le daremos todavía más importancia al problema. Además, aunque intentemos hablar con el colegio, los padres y media humanidad, dará igual siempre puede surgir un gracioso que le haga daño. Por esta razón la mejor forma de ayudar es enseñarle a enfrentarse a esta situación y poder salir airoso de ella.

Vamos a ver algunas técnicas que le ayudarán a conseguirlo:

§     "No hay mejor desprecio, que no hacer aprecio". Nuestro sabio refranero nos dará la primera técnica. El objetivo que persigue una burla es el llanto o el enfado; si nuestro pequeño aprende a no inmutarse e ignorar por completo a la persona que le está provocando, el fin de la gracia no se cumple. Para aprender este sistema podemos realizar juntos una escenificación de la burla, primero él se burla de ti, y luego tú de él. Cuando tú seas el objeto de la burla, debes mantenerte impasible, ni mirar, ni sonreír, ni responder. Por supuesto aunque se pase con los comentarios, tampoco puedes abusar de tu autoridad, todo comentario debe ser admitido.

§     Esta representación la aprovecharemos para analizar cuáles son sus puntos flacos, posibles objetivos de burlas actuales o futuras. En muchas ocasiones las burlas hacen referencia a datos sin importancia, una forma distorsionada de su nombre, una expresión mal dicha, o una mentira simplemente. Pero en otras muchas la referencia es real, es decir, él tiene un rasgo diferente a la mayoría, pero precisamente son los rasgos diferentes los que hay que potenciar. Mientras que permanece impasible deberá reflexionar de la siguiente manera: "Es verdad que soy más bajito, pero leo bastante mejor que tú", o bien, "pues sí llevo lentes, pero juego mejor que tú al fútbol".

La próxima semana continuaremos y daremos conclusión a este interesante tema

Lic. Rosa Elena Ponce V. 

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