“Yo puedo hacer lo que tu no puedes, tú puedes hacer lo que yo no puedo, juntos podemos hacer algo hermoso para Dios” Madre Teresa de Calcuta   Si Necesitas alguna ayuda urgente, comunicate con nosotros    ayuda@emergencia.org.mx

            

www.emergencia.org.mx           Jun. 14, 2007    Boletín No. 323


 

 

 

 

 

El bote de leche

Colaboración: Luz Ma. Herrera C.

Dos hermanitos en puros harapos, uno de cinco años y el otro de diez, iban pidiendo un poco de comida por las casas de la calle que rodea la colina. Estaban hambrientos: "vayan a trabajar y no molesten", se oía detrás de la  puerta; "aquí no hay nada, pordioseros...", decía otro...Las múltiples tentativas frustradas entristecían a los niños...

Por fin, una señora muy atenta les dijo: "Voy a ver si tengo algo para ustedes. ¡Pobrecitos!“ Y volvió con un bote de leche.

¡Que fiesta! Ambos se sentaron en la acera. El más pequeño le dijo al de diez años: "Tú eres el mayor, toma primero...” Y lo miraba con sus grandes ojos, con la boca medio abierta, saboreándose la deliciosa leche.

Yo contemplaba la escena entre sorprendido y consternado...  ¡Si hubieran visto al mayor mirando de reojo al pequeñito...!

Se llevaba el bote a la boca y, haciendo de cuenta que bebía, apretaba los labios fuertemente para que no le entrara ni una gota de leche. Después, extendiéndole el litro le decía al hermano:

"Ahora es tu turno. Sólo un poquito."

Y el hermanito, dando un trago exclamaba: "¡Está sabrosa!"

"Ahora yo", decía el mayor. Y llevándose a la boca el bote, ya medio vacío, no bebía nada.

"Ahora tú", "Ahora yo", "Ahora tú", "Ahora yo"...

Y, después de tres, cuatro, cinco o seis tragos, el menorcito de cabello ondulado, barrigoncito, con la camisa afuera, se tomó toda la leche... él solito.

Esos "ahora tú", "ahora yo" me llenaron los ojos de lágrimas...

Y entonces, sucedió algo que me pareció aún más extraordinario.

El mayor comenzó a cantar, a bailar, a jugar fútbol con el bote vacío de leche. Estaba radiante, con el estómago vacío, pero con el corazón rebosante de alegría. Brincaba con la naturalidad de quien no hace nada extraordinario, o aún mejor, con la naturalidad de quien está habituado a hacer cosas extraordinarias sin darles la mayor importancia.

De aquél muchacho aprendí una gran lección de vida:

Quien da es más feliz que quien recibe. Es así como deberiamos amar. Sacrificándonos con naturalidad, con tal elegancia y discreción, que los demás ni siquiera puedan agradecernos el servicio que les prestemos.

¿Como podrías hoy encontrar un poco de esta "felicidad"? Solo haciendo que la vida de alguien sea mejor"

¡Pues adelante, levántate y haz lo que sea necesario!

Cerca de nosotros puede haber una persona que “tiene hambre” que desea “tomar” un poco de esa “leche” de la vida verdadera, es decir, un poco de nuestro tiempo, que necesita de nuestro hombro, de nuestra compañía, de nuestro consuelo y, quizá aún más... un poco de nuestra paz...

 Lic. Rosa Elena Ponce V. 

Brinco al inicio

 

PARA CUALQUIER EMERGENCIA

Esto es un Servicio Social, No tiene ningún costo para ti

Escribe a   ayuda@emergencia.org.mx   o  visítanos en:

Trasviña y Retes No. 3701-D

Col. San Felipe   Chihuahua, Chih.   C.P. 31240

Tels. (01-614) 413-0262 y 413-4073

Alta     Baja     Histórico    Comentarios    Colaboraciones

 

 

 



Es usted el visitante No.